sábado, 21 de mayo de 2011

REFLEXIONES SOBRE LA PROFESIÓN DE MÉDICO


El valor de un hombre debe ser medido
Por lo que da, no por lo que obtiene.
EINSTEIN

M.C. LIGIA GARCÍA CÁCERES.
Subdirector Académico.
Facultad de Medicina. UAEM

Es conveniente meditar lo que significa ser médico, y formar parte de esta profesión, reflexionar si el hecho de ser médico nos significa llevar una vida honorable, que nos dignifique como personas.

El ejercicio de la medicina se ve cada día más expuesto a desviaciones de su concepción original, en donde el respeto, la prudencia y el secreto profesional constituyen entre otras, características esenciales en la práctica de nuestra profesión médica.

Es fácil olvidar los principios fundamentales que deben ser el paradigma en nuestro actuar.
No se puede concebir que un médico sea solamente técnico, mero aplicador del
conocimiento, requiere de un profundo sentido del humanismo y, sobre todo, de gran capacidad de decisión frente a las distintas situaciones que se van presentando. Es imperativo ser profesionales responsables, íntegros, con sólida formación científica y técnica, así como tener un irrenunciable compromiso con la vocación de servir, y con el objetivo de tratar de lograr la salud y el bienestar de nuestros pacientes y de la comunidad.

Nuestro país necesita más médicos científicos que, además de saber curar “una
enfermedad”, sepan que es mejor curar a la persona enferma; que sean conscientes del valor de la vida humana, que la amen, la respeten y estén dispuestos a dedicar todos sus esfuerzos al servicio de sus semejantes, como único y verdadero sentido de su vocación de médicos.

La actividad médica debe estar siempre en concordancia con aquello que le da origen: la solicitud de ayuda expresada por quien se considera necesitado por encontrarse con un problema de salud. Es decir, es la respuesta a una petición de ayuda de parte del enfermo.

La parte sustancial de la medicina como profesión es que su trabajo lo realiza con seres humanos. Quiero plantear aquí la necesidad de reflexión, y preguntarnos si existe indiferencia ante las necesidades emocionales de los pacientes, si somos protagonistas del proceso de despersonalización, indiferencia o frialdad humana, o actores de la marginación social y conversión del paciente en un objeto, prescindiendo con ello de sus sentimientos y valores.

Vivimos en un mundo marcado por la deshumanización en todos los ámbitos, y la
medicina no ha escapado a esta tendencia; se le está dando más importancia a los medios técnicos, con la consecuencia obligada de la pérdida esencial: descubrir cómo es el enfermo, entablar una relación personal con él, reconocer y promover que la persona humana es el centro de toda nuestra atención. Es necesario enfatizar que el fin último de nuestro trabajo, es devolver al paciente la salud, la paz, la armonía, el equilibrio con las personas y las cosas que lo rodena. La relación médico paciente es uno de los puntos clave del ejercicio de la medicina.

Todo médico debe tener como objetivo primordial el dar al enfermo la mejor atención que los recursos y circunstancias pueden ofrecer para ello.

El médico, para tomar decisiones, no debe ignorar el sentir propio del paciente, el de sus familiares, y el de la sociedad a la que pertenece. Nuestra profesión tiene un componente humanista fundamental que, de no cumplirse, deja de ser medicina humana, para convertirse en veterinaria de alto nivel. La medicina tiene un componente de responsabilidad fundamental; los médicos, en el ejercicio profesional, caminamos múltiples senderos para encontrar nuevas soluciones, y de esta manera, ayudar a nuestros semejantes.

Todo médico debe tener como objetivo primordial el dar al enfermo la mejor atención que los recursos y circunstancias pueden ofrecer para ello.

El médico, para tomar decisiones, no debe ignorar el sentir propio del paciente, el de sus familiares, y el de la sociedad a la que pertenece. Nuestra profesión tiene un componente humanista fundamental que, de no cumplirse, deja de ser medicina humana, para convertirse en veterinaria de alto nivel. La medicina tiene un componente de responsabilidad fundamental; los médicos, en el ejercicio profesional, caminamos múltiples senderos para encontrar nuevas soluciones, y de esta manera, ayudar a nuestros semejantes.

Las tareas del médico han sido descritas, de manera sencilla, con estas palabras: “A veces curarás, frecuentemente ayudarás y siempre confortarás.” Nos hemos
especializado en las ciencias y dedicamos poco tiempo al cultivo de las artes, con lo que se pierde sensibilidad social.

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